La legendaria casa de moda neoyorkina, Calvin Klein, cierra sus puertas.
Aunque desde la adquisición de la firma por el gigante de las camisas PVH, Calvin Klein había sufrido diversos cambios y virajes de diferente índole, lo cierto es que seguía siendo una máquina potente de la industria de la moda. Pero tampoco se le escapa a nadie que el consumo masivo es el nuevo “Dorado” para, cada vez más, firmas de las llamadas clásicas. Y es que los números, al final, han de salir.
La marca Calvin Klein, de un tiempo a esta parte “apellidada” 205W39NYC, representa el lujo de la casa sin tapujos ni complejo alguno. Cada año, la semana de la moda de Nueva York recibía su colección de alta gama para que el mundo de moda se hiciera eco de la tendencia en la alta costura. Y parecía que esa era la apuesta de PVH para la firma. No en vano, el fichaje de Raf Simons en 2016, apuntaba de manera clara, en esa dirección.
Sin embargo, las ventas no estaban significando lo esperado y el gigante americano tomó, a finales del año pasado, una decisión. Antes de que el propio Simons abandonara el barco, la firma cambiaba el nombre y cerraba su buque insignia, la tienda de Manhattan. Algo se estaba fraguando en “oficinas”, aunque pocos hubieran conjeturado con un cierre de la mítica firma.
La portavoz de la casa Klein que anunciaba ayer miércoles el fin de la firma de manera contundente y sin ambages, también dejaba margen a la especulación. Según la portavoz, la firma se mantenía abierta a la posibilidad de presentar más colecciones en los formatos que consideraran pertinentes. De esta forma, y aunque el titular en sus propias palabras era claro, no sabemos muy bien qué pasará exactamente.
Estaremos muy pendientes de los movimientos de esta firma, una de las más queridas y admiradas por el público, y, desde luego, una de nuestra favoritas desde siempre. 50 años nada menos en la vanguardia del buen gusto y la alta costura. Estamos seguros de que volverá a dar que hablar más pronto de lo que algunos creen.
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